La cámara avanza a bordo de un auto por la Avenida 9 de Julio. A medida que se acerca al microcentro, comienza a escucharse un boletín informativo radial donde el locutor dice cómo será el pronóstico del tiempo y el valor del dólar. Basta con la secuencia introductoria de Cambio cambio para notar las intenciones del joven realizador y crítico Lautaro García Candela, que en su segundo largo se propone establecer un diálogo brutalmente frontal con la coyuntura, la misma de la que una buena porción de los realizadores nacionales rehúye situando sus películas en no-lugares o, en el mejor de los casos, en lugares definidos pero vaciados de particularidades. En esos segundos, además, cifra un comportamiento habitual en quienes integran ese sujeto político y social muchas veces inaprensible que es la clase media urbana: la información indispensable antes de salir de casa es saber si lloverá y a cuánto cotiza la divisa estadounidense, más allá de que el billete verde pueda ser una quimera.