Los aviones de las Fuerzas Armadas sobrevuelan y bombardean el Palacio de la Moneda. En la casa de gobierno chilena, el presidente Salvador Allende (Alfredo Castro) y Manuel Ruiz (Pablo Capuz), su joven asesor español, se protegen como pueden ante un final escrito con sangre. “Alguien tiene que contar lo que hemos vivido, Manuel. Andate”, le ordena Allende al joven. “Esa fue la última vez que lo vi, hace 50 años -relata el joven en voz en off-. Un día sordo y trágico al mismo tiempo. Poroso, incompleto. Para algunos, era un marxista fanático. Para otros, el primer revolucionario en llegar a la presidencia de un país por la vía democrática. Para mí era… para mí Allende es muchas cosas. Mis recueros de aquel día son inciertos. Como tantos jóvenes de esa época, me hice viejo de un momento a otro. Dos semanas después de ese día volví a España. Sobreviví y ahora estoy aquí para contarlo”. Así comenzó Los mil días de Allende, la interesante miniserie que la TV Pública emite todos los jueves a las 22.30, con motivo del aniversario por los 50 años del golpe que derrocó al gobierno socialista.