El Malón de la Paz lleva dos meses en la Ciudad de Buenos Aires sin obtener respuestas que modifiquen la grave situación de las comunidades de los pueblos originarios de Jujuy, que con la reforma de la constitución provincial ven sus territorios en riesgo frente al avance del negocio del litio. Por esto, desde el 19 de septiembre tres de sus integrantes comenzaron una huelga de hambre. Permanecen encadenados a las rejas del Congreso de la Nación, en reclamo a que la Cámara de Diputados otorgue una audiencia y convoque a una sesión por la nulidad de la reforma de la Constitución de Jujuy. Esta mañana denunciaron que solicitaron atención médica y el SAME no quiso acercarse a atenderlos a chequear su estado de salud.