El presidente Alberto Fernández habló este martes ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su última alocución como mandatario. El centro de su discurso pasó por la crítica al Fondo. "No podemos seguir hablando de los problemas mientras caminamos por una cornisa”, dijo, para graficar que se insiste con las “mismas políticas ortodoxas que profundizaron la desigualdad”, en un marco en el que “la arquitectura financiera mundial sólo sirve para concentrar el ingreso en muy pocos”. Apuntó que que así "propician mano de obra barata antes que la dignidad del trabajo" y que "es hora de promover la justicia social en el mundo". En esa líneas, dijo que "no se pueden mantener las mismas recetas cuando la Reserva Federal sube las tasas, y se aplica un sobrecargo a países que tienen la pesada carga de la deuda".