Aunque plantea una premisa similar a la saga ¿Qué pasó anoche?, en la que tres amigos con resaca se despiertan en Las Vegas en medio de un caos sin que ninguno pueda recordar cómo llegaron hasta ahí, la película surcoreana Habitación 404 elige caminos bien distintos para su desarrollo. Minimalista, de bajo presupuesto y más cercana al thriller, la película propone un dispositivo mucho menos derivativo donde lo policial tiene un peso mayor dentro de la trama. Que, por otra parte, tampoco es demasiado compleja. A diferencia de la expansiva trilogía made in Hollywood, donde los escenarios babilónicos de la Ciudad del Pecado resultaban funcionales a la idea de maximizar el descontrol, en Habitación 404 las locaciones son escasas, reduciéndose básicamente a dos monoambientes vecinos. Uno lo ocupa el protagonista, un aspirante a policía que ya pasó los 30 y ha fracasado varias veces en su intento de ingresar a la academia de la fuerza. En el otro, que durante el primer tercio del relato se mantiene fuera de campo, vive una joven ruidosa que no lo deja concentrarse cuando estudia y le complica las horas de sueño.