El serbio no dejó dudas de su momento al imponerse por un contundente 6-3 y 6-2, que fue más peleado que lo que indica el marcador. La clave estuvo en la efectividad del balcánico, que no desaprovechó las ocasiones que generó, a diferencia del español, que no quebró en ninguna de las cuatro oportunidades que dispuso.