Fueron dolorosos de ver los 30 minutos iniciales de Racing y Newell's en el Cilindro: controles defectuosos, pases directamente afuera y, para mayor pesar de los hinchas que lucharon contra la lluvia y el frío, varias pérdidas en campo propio de la defensa racinguista, un tanto displicentes. En ofensiva tampoco sobraron las buenas para el local, como con la bendita zurda de Juanfer Quintero casi que embrujada a la hora de ejecutar córners.