Como cada verano, Salomé regresa de vacaciones a su pueblo familiar enclavado en los montes portugueses. Allí disfruta con sus tías y primos de un ambiente alegre y festivo hasta que se produce de manera inesperada la muerte de su querida abuela. Mientras los adultos se dedican a pelearse entre ellos debido a la herencia y se enfrentan a los lugareños antes del entierro como si fueran forasteros en su propio pueblo, Salomé comienza a sentir el poder de todas las tradiciones que su Avoa le contó antes de fallecer. Mientras las creencias sobre la existencia de los espíritus siguen vivas, Salomé, desde la inocencia que brinda lo cotidiano, conseguirá unir a su familia bajo una lluvia redentora.