Habrá que decirlo otra vez: solo el desconocimiento, la mala memoria, el interés político o la interpretación malintencionadamente torcida pueden llevar a la conclusión de que The Wall es una obra celebratoria del nazismo. Así, la fiscal porteña Marcela Monti se hizo presente en el estadio para comprobar que no se produjeran "expresiones antisemitas" durante el concierto de Roger Waters. Consciente de que es difícil combatir aun una falsedad tan flagrante cuando hay un coro repetidor, Waters no usó esta vez el uniforme con el brazalete de martillos en "In the Flesh?" y "Run Like Hell", y no es mala idea: quizá eso haga que se le preste atención al real contenido de This Is Not A Drill. Un show de potente contenido político, tal como anuncia un mensaje al comienzo: "Si sos de los que dicen que te encanta Pink Floyd pero te aburre Roger y la política, podés irte a la mierda, andate a un bar ya mismo".