En el centenario del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento, el presidente Raúl Alfonsín encabeza el acto en su homenaje. En su discurso, el mandatario exalta la figura del sanjuanino y fustiga la esterilidad de los debates en torno a su trayectoria política. Sentencia que la Argentina moderna es obra suya y defiende el apotegma sarmientino “civilización o barbarie”. Destaca las virtudes intelectuales del que define como el mejor escritor argentino, y acaso del mundo, del siglo XIX, y agrega que Sarmiento luchó por convertir a Argentina en una República democrática, tolerante, sin privilegios ni canonjías, con unión y esperanza. Pide que se lo estime en sus múltiples dimensiones y agrega que es el político que mejor ha entendido la fuerza de las mujeres en su rol participativo en la historia. Por otra parte, en un breve pasaje (4:28) hace referencia a los incidentes en la movilización que la CGT (Confederación General del Trabajo) había protagonizado dos días antes.