La primera denuncia radicada por autoridades locales se efectuó luego de que trabajadores se encontraran con 501 ataúdes y 200 bolsas con restos humanos en el cementerio durante un procedimiento realizado en conjunto con la Dirección Provincial de Registro de Personas Desaparecidas. Los ataúdes encontrados no poseían identificación alguna. Según se constató, había bolsas de residuos negras con huesos humanos y féretros apilados unos sobre otros sin identificación en cuatro depósitos del cementerio, sitios en pésimo estado de conservación que no eran morgues ni estaban destinados a albergar cadáveres ni restos de personas. Los depósitos relevados, de los que brotaban olores nauseabundos y en uno de los casos estaba inundado, no tenían la estructura necesaria para la correcta conservación de cadáveres, como suelen estarlo las morgues. Además, tampoco estaban destinados a la conservación de restos óseos humanos, según informó el municipio.