En Jerusalén la multitud de fieles reunidos en la Explanada de las Mezquitas, en medio de fuertes medidas de seguridad, tenían presente la tragedia de Gaza. "Es el Aíd más triste que jamás hayamos vivido", declaró Rawan Abd, una enfermera de 32 años de Jerusalén Este, ocupada y anexada por Israel. Este año el Aíd al Fitr no se parece a ningún otro vivido en los Territorios Palestinos, especialmente en la Franja. Ahmed Qishta, padre de cuatro hijos desplazado en Rafah, aseguró: "Juro ante Dios que jamás hemos vivido un Aíd como este, lleno de miedo, de destrucción y de devastación por la guerra".