El 26 de abril de 1986, la dirección de la central nuclear de Chernóbil decidió aprovechar una parada planificada del reactor número cuatro para hacer un test de seguridad. La prueba comenzó a la una y veintitrés minutos de la madrugada. Un minuto después, el ingeniero que estaba al mando escribe en su cuaderno: "golpes fuertes, las barras del sistema de protección se han desactivado".