La comparan con el relato bíblico de David enfrentando a Goliat, pero la historia del Unionistas de Salamanca CF chocando ante el FC Barcelona va mucho más allá de eso. Más allá de un resultado. Más allá de una derrota. Y más acá también, porque exige hablar de un debate que lejos de ser bíblico es actual y urgente: la mercantilización absoluta del fútbol. Es que si bien el club culé se enorgullece de no ser una Sociedad Anónima Deportiva (SAD) en la primera división española, lo que proponen los Unionistas va todavía un paso más allá: se erigen como un club democrático, popular y de los socios que enarbola su historia reciente para valorizar los lazos sociales, cuestionar al mercado y blindar su identidad contra la mano privatizadora del fútbol.