Con la declaración de Ítalo Luder se inicia la primera audiencia del juicio a las Juntas Militares. El histórico proceso sienta en el banquillo a Jorge Rafael Videla, Roberto Eduardo Viola y Leopoldo Fortunato Galtieri por el Ejército; a Emilio Eduardo Massera, Armando Lambruschini y Jorge Isaac Anaya por la Armada; y a Orlando Ramón Agosti, Omar Rubens Graffigna y Basilio Lami Dozo por la Fuerza Aérea. No hay antecedentes en América Latina de algo como lo que ha desencadenado Raúl Alfonsín con la firma del decreto 158 a los tres días de haber asumido la presidencia. Los juicios de Núremberg y el realizado a los coroneles de la dictadura griega son los únicos precedentes. Pero en la Argentina de 1985 no hay cuatro potencias ocupantes que imponen condiciones después de una guerra ni se evalúa la traición a la Patria: la Cámara Federal juzga a los comandantes por la puesta en práctica de un Estado terrorista que ha perpetrado violaciones masivas de los derechos humanos. La sentencia llegará en diciembre con perpetuas a Videla y Massera y penas menores a Viola, Lambruschini y Agosti.