Este es un relato de barrio, de personas que encuentran en esta esquina única de Barracas un cobijo para sus voces, sus guitarras e infinitos abrazos compartidos. Es también el retrato de entrañables personajes que nos comparten pedacitos de sus vidas, y sus canciones. Tomando como eje del relato la voz de Doris, quien hace posible que esa esquina emblemática siga vibrando como en los tiempos de su inauguración, allá por el 1892.