Richard Nixon se encuentra con Mao Te-tung en Pekín, en el marco del histórico viaje del presidente de los Estados Unidos a China. La llegada de Nixon al gigante asiático significa el inicio de negociaciones diplomáticas bilaterales, luego que Washington no reconociera el triunfo de la Revolución en 1949. El viaje del mandatario estuvo precedido por una actividad diplomática que incluyó el envío de un equipo norteamericano de ping-pong a China. En 1979 se formalizaron los vínculos a través de embajadores.