“(La derogación de los decretos de Lasso) me parece un poco demagógico porque no necesariamente los últimos acuerdos que haya firmado el expresidente eran malos. Es para mandar el mensaje de que estamos rompiendo con el gobierno anterior, que estaba deteriorado en apoyos, y que no son una continuación porque van a empezar de cero", señaló Arturo Moscoso, director de la Escuela de Relaciones Internacionales en Universidad Internacional del Ecuador.