Boca Juniors volvió a insinuar más de lo que concretó, y tras el impacto de la final de Libertadores perdida el sábado pasado ante Fluminense, esbozó un principio de recuperación que finalmente terminó quedando en "casi nada". El equipo empató en uno ante San Lorenzo, y por la tabla anual se está quedando afuera del certamen continental del año próximo. El golpe de la final de Libertadores perdida era, es y será por mucho tiempo una herida abierta, que solamente podrá cicatrizar definitivamente con la obsesión transformada en hecho de alcanzar la séptima Copa. Pero para ello siempre, obviamente, primero hay que clasificarse para jugarla. El rival en esta ocasión era San Lorenzo, que también marchaba por el mismo objetivo, era local y tiene una estadística histórica favorable en este clásico entre grandes del fútbol argentino.