El tramo final del gobierno de Raúl Alfonsín estuvo marcado por un proceso inflacionario sin precedentes en la historia argentina. Los índices de precios tuvieron una variación interanual superior al 2000% y las consecuencias se hicieron sentir en todos los ámbitos. A nivel político-institucional, Alfonsín debió anticipar el llamado a elecciones presidenciales.