En el universo musical de Santiago Vázquez predominan al menos dos elementos: la improvisación y el baile como celebración colectiva. Creador de un lenguaje de ritmo con señas, el percusionista y compositor argentino construyó un recorrido artístico a lo largo de tres décadas que se caracterizó por la creación colectiva. De este modo, fundó grupos como Puente Celeste, La Bomba de Tiempo, La Grande y PAN. Radicado hace un año y medio en Maldonado, Uruguay, Vázquez no pudo con su genio y hace algunos meses creó allí una nueva agrupación con músicos uruguayos y argentinos, Ñu, que combina el ritmo con señas y una sonoridad acústica delicada. "Vivo en un campo en Maldonado donde estoy armando un huerto para uso familiar. Estamos regenerando una chacra, plantando árboles y haciéndonos una casa para vivir acá”, cuenta Vázquez a Página/12 vía telefónica.