El primer ministro de Portugal, António Costa, dimitió este martes por la investigación en su contra por posible prevaricación, corrupción activa y pasiva, y tráfico de influencias en negocios de litio e hidrógeno, aunque aseguró que no ha cometido ningún acto ilícito. "En estas circunstancias, obviamente, presenté mi dimisión a su excelencia el presidente de la República", afirmó el socialista en una intervención televisada, en la que señaló que el cargo de primer ministro no es compatible con la "sospecha de la práctica de cualquier acto criminal".