¿Y si el cerebro pudiera seguir aprendiendo incluso mientras dormimos? ¿Sería posible transformar el descanso en una herramienta de estudio? La respuesta es sí y no, en función de lo que entendamos por aprender. Absorber información compleja o formarse en una nueva habilidad desde cero es casi imposible mientras estás en brazos de Morfeo. Aunque el cerebro dormido no está, ni mucho menos, apagado.