El Plan Primavera fue un plan económico que intentó estabilizar la economía argentina en agosto de 1988, durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Tenía el objetivo de reducir la inflación y eliminar el déficit fiscal que habían sido adjudicados a las empresas estatales. Esta medida promovía la apertura de la economía, la privatización de empresas estatales, paralizaba las negociaciones con los sindicatos y el congelamiento de los salarios de los empleados estatales.