Las películas bélicas fueron un género próspero hasta los años ‘70, aunque en esa década su producción ya comenzó a declinar. En los reaganistas ‘80, la aparición de estrellas de acción como Arnold y Sylvester, incluso Chuck, terminó de fagocitarlas, convirtiéndolas en un acontecimiento cada vez menos frecuente. Que las películas tuvieran una guerra como escenario o que sus protagonistas fueran soldados en el frente ya no las convertía necesariamente en parte del género bélico, tal como este fue planteado en su origen. La lógica había cambiado. Por ejemplo, en las películas de guerra el protagonista es colectivo (un ejército, un escuadrón), mientras que en el cine de acción prima el héroe individual y el andamiaje narrativo se ocupa de destacarlo. El estreno de Rescate imposible sirve para pensar y discutir ese asunto.