En 1943, el comandante de Auschwitz, Rudolf Höss, vive con su esposa Hedwig y sus cinco hijos en una casa idílica junto al campo. Höss lleva a los niños a nadar y pescar, y Hedwig pasa gran parte de su tiempo cuidando el jardín. Los sirvientes se encargan de las tareas del hogar, mientras las pertenencias de los prisioneros se entregan a la familia. Más allá del muro del jardín se oyen constantemente disparos, gritos y sonidos de trenes y hornos.