En vísperas del paro nacional, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguró que le llegan mil denuncias por día de trabajadores que sufren “aprietes” sindicales para que se sumen a la huelga. También afirmó que este miércoles va a hacer cumplir el protocolo antipiquetes “según el nivel de agresiones con el que puedan venir” -en alusión a los manifestantes-, aumentando la tensión previa a la marcha al Congreso, y polemizó con el secretario general de la CGT Héctor Daer. En otras palabras, no dejó gesto sin hacer para ganar espacio en las noticias, mostrándose como la principal espada del gobierno de Javier Milei frente al paro. Durante una entrevista radial, Bullrich sostuvo que las medidas incluidas en la Ley Omnibus y el megaDNU presidencial "simplifican la vida, sacan privilegios y generan elementos fundamentales como es la esencialidad en la educación", y sugirió que la adhesión al paro es más forzada que real: dijo que la línea 134, la vía telefónica que habilitó para recibir denuncias de personas que sean obligadas a participar en manifestaciones, registra "1.000 llamadas por día denunciando un montón de extorsiones y aprietes".