En su última evaluación, Fitch Ratings mantuvo a Paraguay por debajo del grado de inversión. Entre los factores que influyeron en esta decisión se destaca la preocupación de la calificadora por la Ley Anti-ONG. Esta normativa, impulsada por el cartismo, debilita las protecciones constitucionales de la libertad de asociación y expresión, lo que podría afectar la percepción de riesgo del país para los inversores.