Camila Zapata recuerda que cuando asesinaron a su madre la sacaron de la casa donde vivían con su hermano menor. A esto, se le suma que durante el proceso de investigación no lograron acceder a terapias psicológicas por el alto costo que tenía cada cita. En el país, hasta el momento, solo se han identificado a los niños, niñas y adolescentes que han quedado en estado de orfandad por conflicto armado.