Asuntos militares, la guerra en Ucrania y la posible ayuda rusa al programa satelital secreto del Estado comunista estuvieron en el centro de la cumbre entre el presidente ruso Vladimir Putin y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-Un en la región siberiana de Amureste. Kim dejó claro su respaldo a Moscú, en una jornada en la que Pyongyang lanzó dos misiles balísticos, mientras Putin aseguró que mantienen perspectivas de cooperación militar y satelital. La alianza prende alarmas en Occidente.