El joven Osvaldo Zaracho, detenido por el asesinato de su expareja Katia Brítez en Lambaré, tenía arresto domiciliario y orden de alejamiento desde febrero de este año por violencia familiar. Según la fiscal del caso, al menos en una ocasión desde entonces, la familia de la víctima denunció que el presunto feminicida violó su reclusión domiciliaria presentándose en la casa de la víctima y amenazándola, pero, a pesar de eso, el hombre seguía libre. En este contexto, el comandante de la Policía, el comisario Carlos Benítez, señaló que con Asuntos Internos de la institución verificarán si hubo negligencia por parte del personal que debió controlar el cumplimiento del arresto domiciliario del presunto feminicida.