Pese a que, en nuestro país, el cáncer es la primera causa de fallecimientos de menores de 70 años y la segunda en términos poblacionales, tras las enfermedades cardiovasculares, la burocracia sanitaria nada hace para subsanar la crónica falta de insumos y de remedios oncológicos de muy alto costo, denunciada con gran insistencia sobre todo desde marzo de este año. A tanto llega la desidia, de fatales consecuencias, que el Instituto Nacional del Cáncer (Incan), el único nosocomio especializado en el tratamiento de esa enfermedad, ni siquiera tendría todos los fármacos del listado básico, mientras que los disponibles son insuficientes para atender tan siquiera a sus propios pacientes.