Más de 100 uniformados, entre militares y policías, están directamente relacionados al tráfico de armas hacia Brasil, específicamente para ponerlas en manos del crimen organizado. Altas autoridades de Defensa Nacional explicaron que casas comerciales se encargaron de reclutar a los agentes a cambio de diversas sumas de dinero; en ese sentido informaron que el principal local sospechado de materializar este tráfico de armas ya fue intervenido.