Al final del verano, a menudo nos encontramos con mucha fruta que nos sobra en la nevera. Una de las mejores formas de evitar desperdiciarlas es congelarlas. Lo primero que hay que hacer es decidir para qué se va a utilizar toda esa fruta. En función de ello, puedes guardarla en distintas bolsas y en distintas cantidades. Así reducirás el espacio desperdiciado en tu congelador, además de tener la fruta mucho mejor organizada. Si piensas en hacer batidos, puedes guardar la fruta mezclada en bolsas individuales para cada batido. Por último, asegúrate de limpiar bien las bolsas antes de utilizarlas, con esto evitarás que la fruta se estropee.