Una de las principales quejas de los visitantes de San Bernardino es la gran cantidad de cuidacoches en la zona, que cobran precios excesivos y hasta irrisorios, pidiendo incluso 100 mil guaraníes por dejar estacionado el vehículo en la vía pública. Los cuidacoches locales culpan a personas que vienen desde otras zonas, como la Chacarita, para cobrar precios excesivos e incluso amedrentar tanto a conductores como a otros trabajadores.