El ejército israelí lanzó varios ataques aéreos en la madrugada contra objetivos militares en Irán, incluyendo una fábrica de misiles, en represalia por el ataque previo de 180 misiles de Irán contra Israel el 1 de octubre. Irán condenó el asalto como una violación de su soberanía y prometió responder, mientras que Estados Unidos justificó la acción israelí como proporcional.