Desde hace cuatro meses más de 1.300 indígenas, que fueron desplazados por la violencia en sus territorios, viven en cambuches improvisados en el Parque Nacional, en Bogotá. Incumplimientos del Estado, falta de soluciones a la precaria situación y la violencia que persiste en sus zonas de origen los tienen sobreviviendo al frío, al hambre y a las enfermedades respiratorias. Radiografía de una crisis histórica.