Alexander, de 21 años y originario de Nueva Jersey, fue capturado a los 19 mientras servía en el ejército israelí tras mudarse a Israel a los 18. Fue secuestrado en su base cercana a Gaza y se le considera el último ciudadano estadounidense rehén de Hamás; aún se retienen cuerpos de cuatro más. Donald Trump celebró la liberación como un gesto de buena fe hacia EE. UU. con la intención de poner fin a la guerra en Gaza.