La menopausia es una fase natural en la vida de una mujer, a menudo acompañada de síntomas como los sofocos o las fluctuaciones emocionales. Sin embargo, hay un síntoma de la menopausia del que no se habla: su impacto en el sistema gastrointestinal (GI). Los expertos sugieren que el descenso de los niveles de hormonas ováricas durante la menopausia puede contribuir a aumentar la hipersensibilidad visceral. Este aumento de la sensibilidad significa que el dolor en distintas partes del tracto gastrointestinal puede ser mayor debido a los cambios hormonales. La fluctuación de los niveles hormonales puede provocar un aumento en la retención de líquidos en el organismo, con la consiguiente sensación de hinchazón. Además, las variaciones en la progesterona, que normalmente contribuye a la eliminación del exceso de líquidos, pueden ralentizar la eliminación de estos.