Las comunidades indígenas de Guainía, un departamento de la Amazonia colombiana fronterizo con Venezuela y Brasil, no conocían el oro antes de la década de 1980. La minería llegó con “los blancos”, cuentan algunos líderes de la región. Pero hoy, las balsas mineras se extienden de forma alarmante por todo el departamento, contaminando ríos y destruyendo bosques para explotar ilícitamente el mineral.