Rusia ejecutó el ataque más mortal en los últimos meses contra Ucrania, dejando al menos 34 muertos y 117 heridos en la ciudad de Sumy. El bombardeo causó graves daños en edificios educativos y viviendas. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, condenó la acción durante el Domingo de Ramos, pidiendo a la comunidad internacional presionar a Rusia para poner fin a la guerra. Por su parte, Donald Trump calificó el ataque de "terrible", aunque dijo que fue un "error" de Rusia.