El candidato a presidente por el Partido Colorado, Santiago Peña, realizó ayer su primera charla denominada “Cambiemos Paraguay”, donde puso como mal ejemplo a la Argentina, donde según dijo, la gente “no quiere trabajar”. Por otra, mencionó entre sus promesas la “importancia de que un gobierno esté controlando” a los empresarios. Sin embargo, cuando le tocó hacerlo, no vio ni olió las operaciones de Dario Messer y Horacio Cartes, líder de Santi designado significativamente corrupto por los Estados Unidos.