Los bigotes, los ojitos, incluso el “pelaje”, hecho de una suave textura, pero antialérgica, son igualitos a los de Barlo, el primer gato tripulante del Cañonero Paraguay. Las réplicas del michi miden unos 50 centímetros y se robaron las miradas de los más chiquitos, quienes piden a gritos llevar uno a casa.