Un discapacitado, que utiliza muletas para movilizarse, se ha vuelto el terror de los transportistas y de los dueños de los negocios ubicados entre las avenidas Canta Callao y Pacasmayo en San Martín de Porres: rompe las lunas de los vehículos y de los locales con una de sus muletas cuando no lo apoyan con una moneda.