En San Juan de Lurigancho, el distrito más grande de Lima, Carlos Arqueros vio un futuro: gente trabajadora, emprendedora y con recursos suficientes para regalarse un buen almuerzo trujillano. Para muchos, SJL es sinónimo de pobreza y caos, pero no es así. San Juan es una radiografía del Perú, donde hay diversidad, y un mercado que no deja de crecer a veces silenciosamente, y en otras con demasiado ruido. Es un distrito complejo, donde la gente no es de tirar la toalla, y donde sus avenidas principales son como una vitrina para ver, por ejemplo, construcciones en marcha y nuevos negocios.