Se conoce como el Escándalo de los Medias Negras a los sucesos que tuvieron lugar en 1919 relacionados con la Serie Mundial de ese año. El nombre Medias Negras también se usa para referirse al equipo de los Chicago White Sox. Ocho miembros de este equipo fueron expulsados de por vida del béisbol de las Grandes Ligas por perder intencionalmente la serie final de esa temporada frente a los Cincinnati Reds. La conspiración fue una idea original del primera base de los White Sox, Arnold "Chick" Gandil, quién tenía vínculos de larga duración con pequeñas figuras del submundo de las apuestas ilícitas. Convenció a Joseph "Sport" Sullivan, un apostador profesional, de que la serie podía arreglarse. El conocido gánster Arnold Rothstein suministró el dinero a través de su lugarteniente Abe Attell, un antiguo campeón mundial de peso pluma. Gandil reclutó a varios de sus compañeros de equipo, motivados por la aversión al propietario del club, Charles Comiskey, para implementar el arreglo. Todos ellos eran miembros de una facción resentida con los jugadores más educados y mejor pagados en el equipo, como el segunda base Eddie Collins, el cácher Ray Schalk, y el pitcher Red Faber. Para la mayoría de los cronistas contemporáneos, ambas facciones casi nunca se comunicaban dentro o fuera del campo de juego, lo único que tenían en común era su resentimiento hacia Comiskey.1 Los pitchers abridores Eddie Cicotte y Claude "Lefty" Williams, el outfielder Oscar "Happy" Felsch, y el shortstop Charles "Swede" Risberg fueron los principales involucrados con Gandil. Al tercera base Buck Weaver se le ofreció participar en el arreglo, pero rehusó. Weaver fue expulsado posteriormente también por haber conocido del arreglo y no haberlo denunciado. Aunque escasamente jugó en la serie, el utility del infielder Fred McMullin escuchó del arreglo y amenazó con denunciarlo si no era hecho partícipe del pago. El outfielder Shoeless Joe Jackson también fue mencionado como participante, si bien su actuación ha sido muy discutida. Usualmente, se culpa indirectamente a Comiskey del arreglo por los bajos salarios que pagaba al equipo, considerando los mejores sueldos de las mayores. En especial, se cita la intención respecto a una cláusula firmada con el lanzador Eddie Cicotte, a quién habría sido ofrecido un bono de US$ 10 000 en caso de ganar treinta juegos, y al haber alcanzado este la cifra de 29 fue relegado al banco durante las dos semanas anteriores al final de la temporada regular. El caso es probablemente cierto, dado que la misma cláusula existía en 1917 cuando Cicotte fue relegado a la banca luego de su victoria 28.