Para hacer empresa se requiere un alma especial que lleva a poner sueños, esfuerzo y recursos en un proyecto. A fines del siglo XIX, en el Perú, fue creciendo una actividad empresarial y comercial vital para la economía nacional. Esto fue inclusive más notorio luego de la Guerra del Pacífico, que acabó en 1883 y dejó un país destrozado. Los chilenos saquearon las ciudades, quemaron los campos y afectaron el ánimo de los peruanos. La guerra, además, tuvo altos costos durante y después del conflicto.