El gobierno de Donald Trump eliminó restricciones que protegían sitios sensibles como escuelas, iglesias y hospitales de redadas migratorias, una medida implementada por Joe Biden en 2021. Según el Departamento de Seguridad Nacional, la decisión busca facilitar la captura de migrantes considerados “criminales extranjeros”, aunque sin evidencia concreta para justificar estas acusaciones. Grupos de derechos humanos advierten que esta política podría desincentivar a migrantes de acceder a servicios básicos, mientras el gobierno defiende la medida como un paso para reforzar la seguridad nacional. Además, se anunció el fin del ‘parole’ humanitario, endureciendo aún más la postura migratoria de la administración Trump.