Pese a décadas de estafas con la supuesta herencia del terrateniente brasileño Domingo Faustino Correa (1790-1873), una familia de Roque Alonso logró vender unos 300 supuestos bonos a incautos que pagaron US$ 1.500 en efectivo y G. 300.000 mensual con la esperanza de acceder alguna vez a una parte del patrimonio del extinto hacendado. Desde la clandestinidad, prófugo pide a las víctimas desistir de denunciar.