La administración Trump revocó políticas que limitaban redadas migratorias en áreas sensibles, argumentando que esto permitirá detener a delincuentes peligrosos que evaden a las autoridades. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos critican la falta de pruebas y alertan sobre las consecuencias humanitarias, como el temor de migrantes a buscar ayuda médica o refugio. Asimismo, se eliminó el programa de liberación temporal para migrantes, reforzando el enfoque restrictivo hacia la inmigración. Las críticas destacan el impacto negativo sobre las comunidades vulnerables, en contraste con las justificaciones oficiales de fortalecer la seguridad.